Ya tienes identificadas las necesidades formativas de tu equipo, pero ¿cómo empezar a trabajarlas? Debes empezar a priorizar para saber con cuáles empezar, cuál es más importante y a cuáles debes invertir más esfuerzo.
Alcance:
A través del número de personas podrás establecer cuál es el alcance de impacto que va a tener la acción formativa que has identificado.
Impacto:
Debes entender qué tanto valor a nivel estratégico u operativo le está apuntado esa acción formativa. Si el valor es alto, pues evidentemente eso me va a ayudar a priorizar mucho mejor estas oportunidades o estos focos formativos.
Certeza:
¿Esta formación qué tanto te ayudará a cambiar comportamientos en tus colaboradores? Esa certeza es clave para determinar cómo dar un orden o qué abordar primero y qué después.
Esfuerzo:
¿Qué tanto se va a ver retribuido el costo o esfuerzo que la organización va a invertir en este proceso?
Al relacionar estas 4 variables con la fórmula matemática (A*I*C) / E (Alcance x Impacto x Certeza dividido en el Esfuerzo), obtendrás como resultado algunas acciones formativas más relevantes que otras y en ese sentido debes focalizarte en entender que hay una disponibilidad operativa: el tiempo de las personas.
Con esto las necesidades las podrás evaluar como:
MUST: necesidades esenciales que debo atender sí o sí porque tiene un alto impacto estratégico, sostenibilidad operativa o elementos reputaciones de cumplimiento.
SHOULD: necesidades que, sin ser esenciales, deberían ser atendidas por su impacto en la ejecución del negocio, fortalecimiento cultural o del talento.
COULD: necesidades que podrían atenderse y aportarían valor, pero tienen una relación de impacto-esfuerzo más bajo.
WON’T: necesidades que no deben atenderse por su baja relación impacto-esfuerzo.
Ahora que las conoces, te invitamos a trabajar las necesidades de tu equipo de la mano de estos puntos estratégicos.
Asegúrate que tus colaboradores tengan éxito con nosotros.