La Taxonomía de Bloom es una herramienta icónica que ha influido profundamente en la educación a nivel mundial desde la década de los 50.
Bloom, su creador, y su equipo de educadores, se encargaron de convertir esta estructura en forma de una pirámide que consta de seis niveles cognitivos, los cuales abarcan desde los procesos más básicos hasta los más complejos del pensamiento y el aprendizaje.
La pirámide de la taxonomía de Bloom consta de 6 etapas principales, que se dividen en:
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En el nivel más fundamental de la taxonomía, desde su base, se encuentra "Recordar". En esta etapa, los estudiantes se enfocan en la capacidad de recuperar información y hechos previamente aprendidos. Se espera que puedan reconocer datos, recordar definiciones y acceder a hechos que forman parte de su base de conocimiento.
Justo por encima de este nivel se encuentra "Comprender". Aquí, los estudiantes van más allá de la mera memorización y demuestran su capacidad para explicar conceptos utilizando sus propias palabras. Comprender implica no solo recordar información, sino también comprender su significado y contexto.
El nivel de "Aplicar" se encuentra en el siguiente escalón de la pirámide. En este nivel, los estudiantes deben ser capaces de utilizar el conocimiento adquirido en situaciones prácticas. Pueden aplicar conceptos y principios a problemas del mundo real, demostrando así su capacidad para transferir el conocimiento a nuevas situaciones.
Continuando hacia niveles más elevados, llegamos a "Analizar". En esta etapa, los estudiantes descomponen la información en sus componentes esenciales y examinan las relaciones entre ellos. Esto les permite profundizar en su comprensión y abordar problemas de manera más analítica y crítica.
El nivel de "Evaluar" es el penúltimo nivel en la pirámide de Bloom. Aquí, los estudiantes son capaces de realizar juicios críticos y evaluar la calidad de la información o las soluciones propuestas. Pueden sopesar argumentos, teorías o hipótesis y tomar decisiones fundamentadas basadas en criterios predefinidos.
En la cima de la pirámide se encuentra el nivel de "Crear". Este es el nivel más alto de la taxonomía y representa la culminación del aprendizaje. Aquí, los estudiantes utilizan su conocimiento y habilidades para generar nuevas ideas, productos o soluciones de manera original y creativa.
La elección de los niveles de la taxonomía de Bloom que se deben utilizar en una evaluación o en un curso dependen de los objetivos de aprendizaje específicos.
Si el objetivo es simplemente que los estudiantes recuerden información, entonces los niveles de "Recordar" y "Comprender" pueden ser suficientes.
Sin embargo, si se busca que los estudiantes apliquen el conocimiento en situaciones prácticas o analicen y evalúen situaciones complejas, entonces los niveles superiores de "Aplicar", "Analizar" y "Evaluar" serán más apropiados.
Además, es esencial adaptar la evaluación y el contenido del curso en función de estos objetivos de aprendizaje específicos.
También se puede combinar y mezclar diferentes niveles de la taxonomía dentro del mismo contenido para lograr un enfoque más completo y efectivo. Proporcionar contexto y ejemplos prácticos es fundamental para ayudar a los estudiantes a comprender cómo aplicar el conocimiento en situaciones del mundo real y fomentar un aprendizaje más significativo.
La Taxonomía de Bloom es una guía valiosa para educadores y estudiantes por igual, ya que ayuda a establecer objetivos de aprendizaje claros y a diseñar estrategias educativas que promuevan el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad.
Su aplicabilidad en una amplia variedad de disciplinas y contextos educativos la convierte en una herramienta versátil y fundamental para mejorar la calidad de la educación en todo el mundo.
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